Hay jugadores de la NFL que se quedan en el olvido por diversas razones. Pero a veces, aunque no hayan alcanzado la gloria en el campo de juego, algunos son recordados por su fortaleza fuera de la cancha.
Un caso que me impresionó cuando era adolescente fue el de Dennis Byrd, quien jugara en la defensiva de los Jets de Nueva York. En un juego contra los Jefes de Kansas City, en 1992, Byrd chocó de cabeza con uno de sus compañeros, rompiéndose el cuello, lesión que lo dejó paralizado y, por consecuencia, inactivo de por vida en el juego.
Para ese entonces ya coleccionaba, junto con algunos amigos del rumbo y de la escuela, tarjetas de futbol americano. Era muy difícil donde vivíamos hacerte de buenas cosas. La mercancía tardaba mucho en llegar y sólo teníamos un punto de compra–venta cercano. Más difícil aún era encontrar tarjetas sueltas de tus jugadores favoritos. Por lo general, las conseguías cambiándolas con otros compañeros. Si tenías la suerte de abrir un sobre y que te saliera alguna de ésas que andabas buscando, incluso los demás nos alegrábamos por el afortunado.
El caso es que yo era el único del grupo que coleccionaba tarjetas de Dennis Byrd, a raíz del incidente, y en ese entonces sólo pude hacerme de dos. Muchos años después, cuando retomé el hobbie, me di a la tarea de buscar y conseguir algunas más. Pero la verdad es que no hay mucho material de este jugador, quizá porque no llegó a tener una larga carrera y ni a ser una estrella para figurar en reediciones o en series actuales; incluso, algunos vendedores y coleccionistas no lo ubican bien. Sin embargo, más allá del hobbie en sí, siempre he admirado a este hombre.
En el año 2012, el equipo de los Jets le rindió un bonito homenaje en el estadio, cuando retiraron su número, como una gran inspiración para todos ellos. Fue una lástima que el 15 de octubre del 2016, sus alas se apagaran para siempre, por un adolescente que, al volante de una camioneta, se impactara contra el vehículo donde viajaban Dennis y su hijo.
Sólo Dennis perdió la vida, pero dejó un legado de fe y fortaleza; porque a pesar de que los doctores le dijeron que no volvería a caminar después de su lesión, él les demostró lo contrario.
Los héroes también se encuentran en el campo de juego y nos recuerdan a veces que con fe y fortaleza los hombres se construyen; y que, a pesar de que nuestras alas se rompan, nunca debemos rendirnos para volver a volar.